El toque personal en los procesos

Fuente de la imagen: nenadbo en pixabay
(mvc[1], Málaga, España). El tema de los procesos en la empresa me ha atraído desde que cursé la diplomatura, intensificándose en el programa de doctorado de dirección estratégica y, sobre todo, en la etapa de auditoría interna. También, he editado algunas reflexiones[2]. En Glosario de Términos[3], definía “proceso de negocio” como la disposición ordenada de actividades que operan bajo un conjunto de procedimientos con el fin de conseguir un objetivo específico. Sin embargo, desde hace un tiempo, el proceso de estandarización de todas las actividades lo percibo excesivamente frío, sin alma. Todo lo pretendemos normalizar. De acuerdo, documentemos los procesos importantes, pero no borremos el toque personal.

Joseph M. Hall y M. Eric Johnson escriben en Harvard Business, When Should a Process Be Art, Not Science?[4], acerca del arte en los procesos, recomendando que las empresas reivindiquen la parte artística de los procedimientos de trabajo, mediante tres pasos. Primero, identificar lo que debe ser arte de lo que no lo es. Seguidamente, diseñar una infraestructura que potencie, propicie, la utilización del arte en los procesos. Finalmente, analizar continuamente la división entre arte y ciencia. Tanto arte como ciencia tienen papeles substanciales en los procesos de negocio. No deben estar en conflicto, sino esmeradamente hermanados. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: nenadbo en pixabay.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Procesos con arte. 2009. Sitio visitado el 19/04/2021.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Metodología RP (2004), Análisis de Procesos (2005), Reingeniería de Procesos (2004). Sitios visitados el 19/04/2021.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Glosario de Términos. 2004. Sitio visitado el 19/04/2021.
[4] Joseph M. Hall; M. Eric Johnson. When Should a Process Be Art, Not Science? Harvard Business Review. 2009. Sitio visitado el 19/04/2021.