Fuente de la imagen: Tumisu en pixabay |
La cuestión se puede empeorar cuando el consultor o el tercero no acepta que el equipo o la empresa realmente no necesita esa consultoría. La Administración Pública suele caer en el error doméstico del padre que lo sabe todo, asignando unilateralmente profesionales, sin consensuar previamente esos perfiles con los “teóricamente” equipos beneficiados. Llegado el caso de estrepitoso fracaso, el tercero achacará ese resultado a que el enfermo estaba en fase terminal y no se pudo hace nada, en vez de reflexionar sobre ese sencillo e importante error de partida.
Sugiero que, ante estas situaciones, se estudie el perfil del equipo, así como la procedencia o no de incorporar un coach, consensuando, si procede, la persona que va a realizar ese importante trabajo. En mi actividad, propongo al cliente reuniones previas con los afectados, por si nuestra "química" no es compatible con la del equipo a entrenar, en cuyo caso, declino la oferta de colaboración. Finalmente, no confundir los perfiles profesionales de coach, controller, mentor o interim manager, otro error que se suele cometer con demasiada frecuencia. Fuente de la imagen: Tumisu en pixabay.