Un voto a favor

En un programa de televisión, con motivo de las elecciones generales españolas (ver post A votar), le preguntaron a Manuel Velasco Carretero acerca de las encuestas y el plazo para la publicación de los resultados. Quizás por su orientación empresarial, expresó que estaba a favor, aunque la normativa electoral que regulaba esos muestreos era de hace muchos años y la realidad, hoy, en materia tecnológica e informativa, es muy distinta, por lo que habría que modificar la ley (fuente de la imagen: pixabay). 

Ciertamente, los sondeos son una ciencia inexacta en el campo político, ya que sus resultados varían en cuestión de días, por no decir horas, y con frecuencia fallan más que una escopeta de caña. Sin embargo, en otros prados, como el empresarial, pueden ser muy interesantes. En el artículo Employee Polls: A Vote in Favor (Encuestas a empleados: un voto a favor), de la revista bussinesWeek, el consultor Jack Welch y su esposa estiman que, al menos a los empleados, las encuestas funcionan, ayudando a fomentar los cambios en las empresas. 

Se refieren los Welch a encuestas sensatas, personales, alineadas para asuntos importantes: investigaciones que intentan descubrir si los empleados realmente "compran" la misión de la empresa; sondeos que averiguan si los directivos practican lo que manifiestan; exploraciones que proyecten luz sobre el cometido de la actividad productiva; o encuestas que examinan la calidad de los sistemas de gestión y dirección del capital humano. Si bien, ninguna empresa o ningún país puede ser dirigido sólo por informes basados en estudios de opinión, una buena encuesta puede ser una fuerza poderosa para la mejora continua de los colaboradores y las colaboradoras.