¿Dejad hacer, dejad pasar?

(mvc, Málaga, España) La frase "laissez faire, laissez passer", es una expresión francesa que significa "dejad hacer, dejad pasar", refiriéndose a una completa libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral, y mínima intervención de los gobiernos. Fue usada por primera vez por Jean-Claude Marie Vicent de Gournay, fisiócrata del siglo XVIII, contra el intervencionismo del gobierno en la economía  (fuente de la imagen: pixabay).

En la segunda mitad del siglo XVIII, al calor de la Revolución industrial inglesa, Adam Smith desempeñó un papel muy importante en la popularización de las teorías económicas del laissez-faire, siendo considerado el padre de las teorías de libre mercado o librecambismo. Según la biblioteca global virtual, hoy día se utiliza como sinónimo de economía de liberalismo económico o neoliberalismo, pensamiento defendido a ultranza por los neoconservadores, con Reegan y Bush a la cabeza.

Sin embargo, a la vista de la Historia y de los cambios de chaqueta del ser humano, no hay que sorprenderse mucho cuando se leen noticias como que Estados Unidos se convertía al intervencionismo (El País): Los grandes bancos de inversión y los economistas anglosajones no han sido nunca muy amigos de la intervención del Estado en la economía. Pero ahora se agarran a ese activismo con la fe del converso. "Estados Unidos ha reaccionado a la crisis pasándose al intervencionismo, mientras las reacciones en Europa han sido más tímidas", según un informe de Goldman

Y es que, cuando los bolsillos peligran, hasta los think tanks neoconservadores se abonan a las tesis intervencionistas. Tantas décadas defendiendo determinada corriente de pensamiento y a la primera de cambio, donde dije “digo”, ahora digo “diego”. ¡Ah! Si levantara la cabeza Adam Smith. Todo es relativo o del cristal con que lo miremos. Con la intervención del Estado, para atenuar el desastre económico generado, fundamentalmente, por las burbujas económicas y financieras de turno, tienen razón las personas que piensan que todos los robos, fraudes, desfalcos... lo paga el pueblo llano, vía impuestos o lo que se tercie, incluyendo situaciones no deseadas de involución, ya sean desastres naturales o, peor aún, conflictos bélicos.