Cautela, prudencia, precaución...

(mvc, Málaga, España) Según la leyenda, un sabio de Oriente salvó a un alacrán, que se estaba ahogando en un riachuelo, pero el escorpión le picó. Instintivamente, el maestro lo soltó, cayendo de nuevo al agua. El hombre volvió a rescatarlo y, nuevamente, el alacrán le clavó su aguijón. 

El alumno, que había observado la situación, le preguntó:

“Maestro ¿No comprende que cada vez que lo salva, intenta picarle?”. 

El sabio respondió:

“La naturaleza del alacrán es picar. La mía es ayudar”.

Después, ayudándose de una rama, sacó al escorpión del arroyo y lo aterrizó suavemente en la hierba. La moraleja es que no debemos cambiar nuestra forma de ser si nos pueden hacer o nos hacen daño, solamente hay que ser cautos, prudentes y tomar precauciones. Fuente de la imagen: pixabay.