Falsos Profetas

(mvc Málaga, España). Vía The Economist, A new fashion in modelling, llego a Imperfect Knowledge Economics, donde Roman Frydman escribe: “el que realiza pronósticos es como un empresario, se sirve de métodos cuantitativos, pero también de otras fuentes como historia, y herramientas como su intuición y buen juicio. No es un científico”, es un pronosticador. Pero parece que a los economistas actuales de mi país, ya se registren en la nómina del Gobierno o se agrupen entorno a la Oposición, pasan de, o se les ha olvidado, esa afirmación y tratan de hacer profecías económicas magistrales, a pesar de la certeza de que la mayoría, por no decir todas, son inverosímiles. Más bien habría que catalogarlos de manipuladores, mercenarios o falsos profetas. 

En el libro “Economía del conocimiento imperfecto”, el nombrado Roman y Michael Goldberg construyen una alternativa, donde el que pronostica debe conceder la imperfección al modelo que intenta predecir. Se admite que es posible realizar pronósticos económicos, pero fundamentados, o bajo la perspectiva, en/de los equilibrios atributivos que brotan del modo o camino, donde los actuantes del mercado responden a los modelos de conducta, que se advierten y que pueden ser, de alguna forma, predecibles. Aunque, evidentemente, el enfoque no es perfecto, los bocetos ofrecen un panorama más realista del futuro, en comparación con los modelos de interesadas expectativas racionales, en los que se basan nuestros políticos, sean o no economistas, intentando torpemente emular a futurólogos o astrólogos (fuente de la imagen: pixabay).